Seguramente habrás oído hablar del término ‘economía circular’. Pero ¿Qué significa esto de ‘economía circular’? ¿Por qué es tan importante hoy en día y qué beneficios tiene?
Pues bien, de todo esto precisamente queremos hablaros hoy. En un contexto mundial en que se generan toneladas de residuos al año (en la UE se generan una media de 2500 toneladas anuales según el Parlamento Europeo) es más importante que nunca que haya un cambio en la forma en que generamos y gestionamos los residuos.
De aquí surge precisamente el concepto de economía circular: es un modelo de producción, consumo y gestión de residuos que implica poner en marcha todos los procesos que hagan que la huella ecológica se reduzca, que los residuos se reduzcan al mínimo y que el ciclo de vida de los productos se extienda. Es decir, la economía circular hace referencia a compartir, alquilar, reutilizar, renovar, reciclar todo lo que se pueda tantas veces como sea posible, utilizándose una y otra vez, tantas veces como sea posible.
En resumen, de lo que se trata es ir cambiando esa cultura de ‘usar y tirar’ que requiere grandes cantidades de materiales y energía, genera muchos residuos y contaminación, e ir concienciándonos de que los recursos son finitos y que hay que utilizarlos de la forma más sostenible posible.
Principios de la economía circular: las 7 R
La economía circular se basa en la utilización óptima de los recursos, reduciendo el uso de materias primas y promoviendo el aprovechamiento de los residuos. Todo el mundo ha oído hablar de las reglas imprescindibles para mantener un desarrollo sostenible y cuidar del medio ambiente denominadas 3R: reducir, reutilizar y reciclar.
Sin embargo, para mantener una economía circular hacen falta otras cuatro reglas. Las 7R engloban todos estos procesos que tienen como objetivo alargar la vida de los productos y materiales. Son las siguientes:
- Reciclar: promover la separación de los residuos en los hogares y su gestión en las plantas de reciclaje, procesando los materiales usados que sean útiles como materias primas para convertirlos en nuevos productos.
- Rediseñar: diseñar productos que consuman menos energía y materias primas en su proceso de fabricación. Además de buscar materias primas para la producción que sean recicladas o que generen menos residuos (o sean fáciles de reciclar).
- Reducir: implica la disminución de la cantidad de materiales y energía utilizados en la producción de bienes a través de la reutilización y el cambio de nuestros hábitos de consumo y la cultura del ‘usar y tirar’, comprando realmente lo que necesitamos. De esta forma, se reduce el consumo, se evita generar residuos y gasto de materias primas en vano.
- Reutilizar: utilizar de nuevo productos y materiales tantas veces como se pueda en lugar de desecharlos y darles una segunda vida con otra utilidad, de forma que la vida útil de los productos y materiales se alargue.
- Reparar: arreglar y mantener productos que se rompan en lugar de desecharlos y reemplazarlos por nuevos, para prolongar así su vida útil. De esta forma se evita el uso innecesario de materias primas, energía y no se generan residuos.
- Reemplazar: buscar alternativas sostenibles a productos y procesos de fabricación no sostenibles, donde se utilicen materias primas recicladas o que sean biodegradables.
- Recuperar: recuperar energía y materias primas de residuos y desechos, dando nuevo uso a productos que vamos a desechar como utilizar botellas de plástico para crear maceteros, manualidades…
¿Qué beneficios tiene la economía circular?
Reducción de residuos y emisiones contaminantes
Un beneficio directo y de los más importantes es la reducción de residuos y emisiones contaminantes que se produce gracias al uso sostenible de recursos y la producción sostenible de bienes. De esta forma se alarga la vida útil de los productos y materiales a través de la reparación, el reciclaje y el reuso.
Además, las emisiones de gases contaminantes también se reducen al utilizar fuentes de energía menos contaminantes y fuentes renovables, transformando los procesos de producción en unos más eficientes, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
Mejora de la eficiencia de los recursos
Uno de los objetivos clave de la economía circular es mejorar la eficiencia de los recursos al cerrar ciclos de la vida útil de los productos y romper con el modelo lineal de consumo y producción de «extraer, producir, consumir y descartar». A través del fomento de las 3R “reparar, reciclar y reutilizar” se reduce el uso de nuevos materiales y la extracción de recursos, optimizando su uso y alargando su vida útil.
Por otro lado, usar procesos de producción más eficientes y sostenibles consigue que se disminuya y minimice el desperdicio de energía y materias primas.
De esta manera, gracias a la economía circular se consigue mejorar la eficiencia de los recursos, minimizando la extracción de nuevos materiales, alargando la vida útil de los productos al máximo y minimizando el desperdicio. Este proceso, no solo es más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, sino que también es más rentable económicamente a largo plazo.
Fomento de la innovación y creación de empleo
Para conseguir una economía más eficiente y sostenible, la investigación y el desarrollo de nuevos procesos de producción más eficientes y nuevas tecnologías son imprescindibles. De la misma manera, la investigación e innovación es fundamental para crear nuevos productos más sostenibles, fabricados con materiales menos contaminantes y más reutilizables.
Por tanto, al ser necesaria esta innovación e investigación, se generan nuevas oportunidades de empleo en sectores como la fabricación de materiales reciclados, la reparación y el reciclaje, y la producción de energía renovable.
Además, conseguir procesos de producción más eficientes donde se utilice menos energía y menos materia prima ayuda a reducir los costos de producción, fomentando la competitividad y el crecimiento económico. De esta forma, la economía circular puede ser un motor para la innovación y la creación de empleo.
Mejora de la competitividad y la resiliencia empresarial
En la economía circular, al optimizar el uso de los recursos y minimizar el desperdicio, las empresas tienen la oportunidad de ahorrar dinero en la adquisición de materias primas y en la gestión de residuos, así como en el proceso de producción. Además, la resiliencia empresarial puede mejorar haciendo que las empresas sean más flexibles y adaptables a los cambios en los suministros de recursos y en la demanda del mercado.
Mayor equidad social y sostenibilidad ambiental a largo plazo.
La economía circular puede tener un impacto positivo a largo plazo en la sociedad en términos de igualdad social contribuyendo a una mayor equidad social, a través de la creación de oportunidades de empleo y la mejora de la calidad de vida de las comunidades locales.
Además, en términos de sostenibilidad ambiental, la economía circular contribuye a reducir la huella de carbono y proteger los ecosistemas naturales, puesto que se minimiza la extracción de recursos nuevos, el desperdicio de materiales y energía y la cantidad de residuos generados.
